No existe una definición oficial, pero podríamos decir que la Salud Mental es un...
Estado de equilibrio emocional, cognitivo y conductual que permite al individuo desenvolverse de manera responsable en su entorno familiar, social y laboral, así como gozar de bienestar y calidad de vida.
Las causas de las enfermedades mentales son generalmente múltiples, y no siempre se conocen. Pueden influir en la aparición y desarrollo de las mismas factores como alteraciones en la química del cerebro u otros mecanismos biológicos, predisposición genética, factores ambientales, culturales y sociales, lesiones cerebrales, consumo de sustancias tóxicas, etc. Pero no se conoce con exactitud ni en qué grado impacta cada uno de estos factores, ni qué combinaciones se producen significativamente en cada caso.
Las personas con problemas de Salud Mental pueden recuperarse gracias al seguimiento de un tratamiento adecuado. Además de la medicación, es muy importante el apoyo psicoterapéutico para que la persona afectada logre afrontar los efectos de la enfermedad en los ámbitos familiar, social y laboral.
La idea de que la enfermedad mental está directamente relacionada con la violencia no tiene base científica. Las personas con enfermedad mental rara vez son peligrosas para la sociedad en general. Solamente algunos trastornos mentales pueden desarrollar en ciertos episodios conductas agresivas hacia uno mismo o hacia el entorno familiar cuando la persona que lo padece no está bajo tratamiento.
Todos tenemos probabilidades de sufrir enfermedades mentales, al igual que sucede con muchos otros tipos de enfermedades. De hecho, se calcula que 1 de cada 4 personas en el mundo sufrirá algún trastorno mental a lo largo de su vida.
Sí. Con el adecuado tratamiento farmacológico y psicoterapéutico, con un entorno social y familiar favorable y las intervenciones de rehabilitación psicosocial pertinentes, una persona con enfermedad mental puede superar las limitaciones de la enfermedad y estar capacitada para trabajar, mantener unas relaciones personales adecuadas, cuidar hijos, etc.
Un entorno familiar adecuado es muy importante en la recuperación de una enfermedad mental. La familia es un elemento clave para ayudar al afectado a seguir con su tratamiento. Por ello, es vital que los familiares y/o cuidadores cuiden también de sí mismos, se tomen los respiros necesarios y se apoyen en los profesionales y recursos a su alcance para poder sentirse equilibrados y con fuerza para atender a la persona con enfermedad mental.
Podremos avanzar mucho si corregimos la manera en que actuamos y hablamos sobre la enfermedad mental. Es importante desechar calificativos como “loco”, “chiflado” o “tarado”, o referirnos a alguien subrayando su diagnóstico: por ejemplo, en vez de decir “esquizofrénico”, sería más correcto utilizar la expresión “persona con esquizofrenia”. Si somos más estrictos con el uso del lenguaje seremos también más respetuosos con los afectados. También es una buena idea informarse más acerca de la salud mental y compartir esos conocimientos con nuestro entorno, a fin de evitar creencias erróneas acerca de las personas con problemas de estas características.
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